Ana Gavrău
Gerente de Producción Técnica Global, Agrana
Betaína Natural: Una Ayuda Nutricional para el Estrés Calórico
El estrés térmico se considera un gran problema relacionado con el cambio climático que está afectando al sector ganadero incluso en climas templados. La intensificación de la producción ganadera moderna y la mejora del rendimiento genético también contribuyen al aumento de la incidencia del estrés térmico. La betaína natural puede considerarse una de las ayudas nutricionales más importantes para asistir a los animales en condiciones de estrés térmico.
Todos los animales y aves tienen una zona de confort, la llamada zona térmica neutra, el rango de temperatura en el que se encuentran más cómodos y rinden mejor. Los animales presentan estrés térmico cuando tienen dificultades para alcanzar el equilibrio entre la pérdida de calor corporal y la producción de calor corporal. Este desequilibrio puede ser el resultado de la combinación de factores ambientales (por ejemplo, la luz solar, la temperatura y otras condiciones ambientales) y el mecanismo de defensa natural de los animales (su tasa de metabolismo y los mecanismos de termorregulación).
Efectos adversos de la exposición a largo plazo
El estrés térmico afecta negativamente al bienestar de los animales y a sus funciones biológicas con un impacto directo en su estado de salud, su productividad y su reproducción. Los animales que experimentan estrés térmico reducen su consumo de alimento. Según datos científicos, la ingesta de alimento puede disminuir entre 5 y 25% cuando las temperaturas superan los 25°C, dependiendo de la humedad relativa. Debido a la reducción de la ingesta de nutrientes y al aumento de la demanda de energía para la termorregulación, su producción puede disminuir drásticamente. Además, la exposición prolongada al estrés térmico tiene efectos adversos en los rendimientos reproductivos, lo que puede conducir a una alta tasa de mortalidad y a consiguientes pérdidas económicas. Todas las especies animales se ven afectadas por el estrés térmico, pero las aves de corral parecen ser las más sensibles y los efectos del estrés por calor en la producción avícola están bien documentados (Figura 1).
No es fácil estimar cuán “cómodas” o “estresantes” son las condiciones ambientales porque el número de combinaciones de factores ambientales es alto. La gestión de las aves de corral en el ámbito de la granja, como la bioseguridad, los sistemas de refrigeración, la ventilación, los materiales de las camas, la calidad del agua y la densidad de población, desempeñan un papel importante. Además de las soluciones técnicas, las estrategias nutricionales están ganando interés como una solución útil para contrarrestar el estrés térmico. Los granjeros pueden añadir betaína a sus diferentes estrategias de alimentación para mitigar los efectos negativos del estrés por calor.
Los beneficios de usar betaína natural
Por lo general, en las granjas los problemas son multifactoriales. En los últimos años, el uso de la betaína en las dietas de los animales ha pasado de una utilización selectiva a la de un ingrediente básico en las fórmulas clave de los piensos para aves de corral, cerdos e incluso rumiantes. El incremento en el uso de betaína en las dietas de los animales ha sido impulsado por las demandas de los productores para contrarrestar los desafíos de rendimiento en condiciones de estrés térmico. Los beneficios son el resultado del papel de la betaína en dos funciones fisiológicas principales: su propiedad osmolítica y su función como donante de grupos metilo.
Ambas funciones de la betaína tienen un papel fundamental, en particular cuando los animales se encuentran en condiciones difíciles, que incluyen estrés térmico, estrés por temperatura como la fluctuación entre las temperaturas diurnas y nocturnas, los cambios en la dieta y los desafíos patógenos (principalmente la coccidiosis, que a menudo es la causa de cama húmeda). Esto, a su vez, puede llevar a otras complicaciones graves como enfermedades respiratorias o pododermatitis. El hecho es que, cuanto mayor es el reto, mayor es la demanda de los grupos de metilos. En tales condiciones, el equilibrio mineral y de agua podría verse alterado y la integridad de la pared celular podría resultar dañada. En los últimos 10 años, el estrés térmico no sólo se observó en países de clima cálido, sino que también se produjo en países templados durante los períodos de verano. Cuando experimentan estrés térmico, los animales tratan de adaptarse y esto supone un gasto de energía que debería ser utilizada para las respuestas de rendimiento.
Mayor porcentaje de carne de pechuga
La energía es uno de los principales factores de costo de la dieta en la producción ganadera y las respuestas osmorreguladoras son procesos que consumen mucha energía. De acuerdo con varios estudios, la betaína se considera el osmoprotector más eficaz entre los osmolitos orgánicos como la prolina, la glicina, la glutamina, la sarcosina y la taurina. Como un excelente osmolito orgánico, la betaína restablece y mantiene la integridad y la funcionalidad celular, y previene la deshidratación. Al estar involucrada en el metabolismo energético, la betaína puede reducir la energía necesaria para la osmorregulación. En condiciones de estrés ambiental, los niveles de especies reactivas de oxígeno (ROS, por sus siglas en inglés) también se incrementarán. Como consecuencia, se inducirá un estrés oxidativo y los animales comenzarán a producir y liberar proteínas de choque térmico (HSP, por sus siglas en inglés), lo que puede afectar la calidad de la carne y la deposición de grasa. Hay más evidencias de que el estrés térmico puede disminuir la proporción del músculo de pechuga, mientras que aumenta la proporción del músculo de muslo, así como la deposición de grasa en los pollos para consumo, y de que la adición de betaína puede minimizar estos efectos al mejorar la capacidad antioxidante. Resultados similares se observaron en pruebas realizadas en Tailandia bajo condiciones de estrés térmico, donde los tratamientos con betaína natural pudieron incrementar el porcentaje de carne de pechuga y disminuir la deposición de grasa abdominal en comparación con el control positivo, el grupo de control negativo y el tratamiento con cloruro de colina (Tabla 1).
ActiBeet: Una betaína natural
A medida que la producción ganadera mundial se aleja de los antibióticos promotores del crecimiento y de los coccidiostáticos, y con el cambio climático resultando en un aumento de las temperaturas, la industria ya se enfrenta a nuevos desafíos.
Como nutriente multifuncional, la betaína es una ayuda nutricional comprobada para proteger contra el calor y el estrés osmótico, para el control de la salud intestinal en condiciones climáticas termoneutrales o cálidas y para optimizar la eficiencia de la alimentación en la producción pecuaria. Ante las difíciles condiciones de estrés térmico no hay un solo producto capaz de servir como solución óptima. La betaína natural puede ser parte de toda solución nutricional. ActiBeet como betaína natural es un componente no agresivo, no corrosivo y estable al calor para la producción de premezclas y piensos. Con la nueva instalación de cristalización en Austria, AGRANA está ampliando su oferta de productos con betaína natural cristalina: ActiBeet 96 y ActiBeet 97 para su aplicación en alimento y agua potable.